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El primer encuentro

El 23 de octubre de 2015, Campo y Flores enviaron a un grupo de personas a bordo de motos y camionetas policiales a recoger, en un hotel de Caracas, a Santos Peña y a su hijo, José Santos Hernández (CS-2). Los Santos llegaron a la reunión posando como altos rangos del Cartel de Sinaloa y resultaron ser, en realidad, fuentes confidenciales de la DEA.

La reunión inició cerca de las 8 de la noche y duró poco más de dos horas. El tema central fue la promesa del acceso a la rampa presidencial del aeropuerto más importante de Venezuela, ilimitado y supervisado por ellos mismos, para hacer despachos de drogas. Flores garantizó a sus nuevos socios que la DEA no tenía presencia en Venezuela; Campo presumió de su capacidad de obtener cualquier cantidad de narcóticos y un avión Gulfstream II.

En esta reunión también, según la Fiscalía, revelaron sus verdaderos motivos: conseguir 20 millones de dólares para contribuir con la campaña de su tía, Cilia Flores de Maduro, a las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015. Campo se declaró en “guerra” con los Estados Unidos.